jueves, 26 de enero de 2017

Juan Antonio Guzmán Camacho





A José Baena,


memorando un fin y un principio.
Esta noche mis lágrimas surcaron el espacio...
Esta noche he probado, incitando a la vida,
ese viciado vértigo de vacío insaciable,
la auténtica nostalgia de paz que me asediaba
los ojos del sentir, la agónica mirada
de una flor que se bebe las gotas de rocío
para aplacar sus ansias de ser mar algún día...

Aquí, si nadie lo remedia, el hombre es la gran sobra.



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