viernes, 27 de enero de 2017

Ramón Llanes Domínguez




 ERROR


Se nos rompió el paraíso.
Muerte hembra, también, como la tarde.
Como nacer de prisa por miedo a malnacer,
como llegar cansado a vivir
y obligarte a volver. Al pie, el entusiasmo
puesto a cada hebra, la petulancia del amor
y las renuncias a destruirlo.
Nada después de la nada, acaso una coma,
un punto, una habitación, de nuevo, vacía,
dos miradas sin ojos,
la irrupción de la desidia,
el dolor de los otros sufridos para confortarnos
del error. Y acaso un crespón negro en la luna.






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