lunes, 20 de febrero de 2017

Araceli Sagüillo





LLEGAR donde la poesía descansa,

rozar el murmullo de su voz,
recuperar la calma abrazada a ti,
y sentir el hogar nevado, con los pies descalzos.

Desorientada por tanta blancura

emplearé los cinco sentidos y diré palabras:
Amor, lágrimas, miedo…
palabras todas en peligro de muerte.

Ahora sé por qué las cosas se hacen añicos.

Y por qué en el huerto revientan los cerezos.

…Y tengo pánico de ahogarme

en este río desbordado,
donde árboles sin ramas
dibujan la cruz de la tristeza.





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