lunes, 16 de abril de 2018

Ángeles Mora






CONTIGO MISMA

Reencontrarse acaso
una vez ya perdida
en las sendas del bosque.
No hay lobo cruel,
Caperucita,
ni está mamá
para contarte el cuento
de las migas y los pájaros.
Tampoco el de los niños y las fresas.
Las fresas permanecen a salvo
entre las hojas de su mata,
si las dejas crecer.
Regando el corazón
que se te ofrece
puedes ser más feliz
que si lo arrancas.
Busca  dentro de ti
las luces que más arden.

(De:  Ficciones para una autobiografía, 2015)




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